La
extraña historia del gato que logró predecir la muerte de más de 100 personas
Ha sido llamado ‘el mensajero de
la muerte’, pues sus vaticinios casi nunca fallan.
A lo largo de la historia los gatos se han ido haciendo, poco a
poco, con una mala fama. No solo llevan a sus espaldas el cliché de que son
mascotas menos cariñosas y amigables que los perros; sino que también han
tenido que lidiar con las teorías que apuntan a que son amuletos de mala suerte
y hasta mensajeros de la muerte.
¿Cómo podría un tierno, indefenso y, aparentemente, inocente animal vaticinar
algo tan inesperado y fortuito como la muerte? Pues, en el mundo actual, parece
que nada es imposible. Esta última creencia se le atribuye, principalmente,
a Oscar, un pequeño gato de un geriátrico estadounidense que ha
logrado predecir más muertes que cualquier otro médico especializado
durante toda su vida.
“Oscar no se equivoca. Parece que sabe cuándo los pacientes están a
punto de morir”, es la impactante y reveladora frase con la que el médico
especializado en geriatría David Sosa deja a la vista de cientos de
investigadores -en un estudio publicado en ‘The New England Journal of
Medicine’- el misterioso e inexplicable don del felino: pronosticar la muerte.
No es un médico, ni un espiritista y, mucho menos, un ente paranormal: es tan solo un animal que luce como un gato, come como un gato, holgazanea como un gato y, en general, se comporta como un gato; a excepción de los enigmáticos momentos en los que olisquea el aire, estira el cuello y se acurruca al lado de un paciente en fase terminal como señal de una muerte inminente.
Aunque insólito, no es solo un hecho aislado, el prontuario predictivo de
muertes de Oscar acumula más de 100 casos. ¿Coincidencia desafortunada? ¿Don
místico? A 15 años de su adopción por parte del asilo de ancianos Steere House,
en Rhode Island, Estados Unidos, esta peculiar mascota sigue generando aún más
preguntas que respuestas entre los pacientes, doctores y seguidores de su historia.
Aunque Oscar anduvo a sus anchas, por mucho tiempo, por los
pasillos del tercer piso del hogar de ancianos Steere House, en Rhode Island,
esto no siempre fue así: antes de ser rescatado por el equipo médico del Centro
de Rehabilitación para Ancianos de Providencia en Estados Unidos, en el año
2007, este pequeño ‘mensajero de la muerte’ lucía como cualquier otro gatito
huérfano en busca de calor, hogar y protección.
“Creo que uno de los miembros de la plantilla que trabaja en la planta lo
trajo, cuando era un gato callejero”, contó Sosa en el estudio sobre Oscar
mencionado anteriormente que, entre otras cosas, le dio la vuelta al mundo por
su inusualidad.
Todo parece indicar que el popular animal fue encontrado por un doctor del recinto luego de que fuese abandonado junto con seis gatos más que, se presume, eran sus hermanos.
Al inicio, cuenta Sosa para Crossroads Hospice -entidad que ofrece servicios de
cuidados paliativos en Estados Unidos-, Oscar era un gato muy asustadizo. No le
gustaba salir, por lo que tanto el armario de suministros como el espacio
debajo de las camas de los pacientes eran sus lugares predilectos para
esconderse.
Oscar solo tardó unos cuantos meses -alrededor de seis- en adaptarse a su nuevo
hogar. Aunque inicialmente fue adoptado para que brindase compañía a los
enfermos terminales que residían en el centro geriátrico -junto con cinco gatos
más-, el felino hacía mucho más que eso: como si fuese un funcionario del
asilo, se paseaba por los pasillos y, en casos particulares, se acercaba a olfatear a
algunos pacientes para después acurrucarse a su lado y ronronear. ¿El
resultado? Una muerte anunciada.
Nadie muere en
el tercer piso a menos que Oscar haga una visita y se quede un rato
“Nadie muere
en el tercer piso a menos que Oscar haga una visita y se quede un rato”,
explicaba Sosa en el artículo. De acuerdo con él, la primera vez que notó los
dotes ‘milagrosos’ del gato fue con una paciente que tenía un coágulo de sangre
en su pierna. Al igual que haría con muchos otros enfermos después, se posó
alrededor de la pierna sin circulación y esperó allí hasta que los signos
vitales de la mujer se apagaron.
Tuvieron que pasar varios eventos similares para que el personal
médico se percatara de que lo que estaba ocurriendo no era una simple casualidad.
“Eventualmente descubrimos después de que él hizo esto varias veces que las
personas con las que se estaba quedando generalmente eran las siguientes en
irse. Ocurrió una muerte, luego dos muertes y, finalmente, alcanzó unas
20 o 30 muertes seguidas, momento en el que todos comenzaron a decir: 'Vaya,
esto es algo bastante único'”, contó Sosa en diálogo con Crossroads Hospice.
El patrón de conducta de Oscar fue repitiéndose en una decena
más de pacientes, por lo que cuando el gato entraba en acción, el personal
médico corría a alertar a los familiares de los pacientes para que viniesen a
hacer, quizás, la última visita en vida de sus seres queridos. Según la doctora
Joan Teno en el artículo científico, “el gato siempre se las
arreglaba para aparecer y siempre lo hacía en las últimas horas”.
Poco a poco, los casos se fueron acumulando y, cada vez más, los
familiares apreciaron la compañía que el peculiar felino brindaba a sus seres
queridos moribundos. En una oportunidad, la doctora Teno contó que se convenció
del talento de Oscar cuando este parecía haber dañado su racha infalible.
Al parecer, la médica de la Universidad de Brown había pronosticado la muerte
de una paciente que no comía, respiraba con dificultad y tenía las piernas
azules; no obstante, el gato no pensó lo mismo y, por lo tanto, no se quedó en
la habitación junto a la mujer, como era de esperarse.
Resultó que el
diagnóstico de la especialista fue un poco erróneo -porque la muerte de la
mujer se dio diez horas después-. Todo parece indicar que el ‘mensajero de la
muerte’ lo sabía, pues durante las últimas dos horas con vida de la paciente,
sí se acurrucó en su cama.
Otro insólito caso lo reportaron las enfermeras del centro
geriátrico. De acuerdo con el diario español ‘ABC’, en una ocasión, pusieron a
Oscar sobre la cama de un paciente que pensaban estaba próximo a morir; no
obstante, el felino huyó hacia la habitación de otro enfermo, quien falleció
tan solo unas pocas horas después de su visita. Por el contrario, el primero
vivió dos días más.
Para 2007, se le atribuían 25 casos consecutivos de predicciones que terminaban
en la muerte de los pacientes; para 2010, los pronósticos infalibles eran
alrededor de 50; y, para 2016, la cifra ascendía a 100.
Su honorable labor, por supuesto, fue exaltada por el asilo geriátrico estadounidense que, entre otras cosas, le dedicó una placa: “A Oscar, el gato, por su compasivo cuidado de los pacientes”.
Más que la
exorbitante y, para nada, usual cifra de casos de predicciones reportadas lo
que todos querían saber era si realmente era capaz de oler la muerte.
¿Sexto sentido o don paranormal?
En un estudio
hecho por investigadores de la University College of London -hace algunos años-
en el que se analizaron más de 12.000 pronósticos sobre la esperanza de vida de
pacientes terminales, las cifras de acierto y error fueron dinámicas: algunos
médicos acertaron en la predicción de la muerte, mientras que otros se
equivocaron por, al menos, tres meses por encima o por debajo.
Aún así, el margen de error de Oscar es, por mucho, inverosímil. Para no ser un
humano ni haber cursado varios años en la escuela de medicina, su racha de
predicciones acertadas supera la de muchos otros médicos a lo largo y ancho del
país norteamericano.
·
La pregunta que surgió después de que Sosa compartiera su
artículo científico en 2007 y, posteriormente, publicara el libro ‘Haciendo
rondas con Oscar: El extraordinario regalo de un gato común y corriente’ en
2010, fue ¿cómo logró un gato, aparentemente normal, predecir la muerte de
tantos pacientes? La teoría, hasta ahora, más aceptada es la que sostiene el
doctor Sosa: el felino es capaz de percibir algunos olores que desprende el
cuerpo antes de morir.
Esta premisa también la apoya Thomas Grave -etólogo experto en comportamiento
felino-, quien dijo en diálogo con la cadena británica ‘BBC’ que los gatos
poseen una alta sensibilidad que les permite saber no solo cuando otro animal
está enfermo, sino cuando su propio dueño lo está.
Ellos pueden
sentir cuando el tiempo va a cambiar, incluso hay muchos casos de gatos que son
tan sensibles que logran reaccionar minutos antes de un desastre natural
Además, agregó
que: “Ellos pueden sentir cuando el tiempo va a cambiar, incluso hay muchos
casos de gatos que son tan sensibles que logran reaccionar minutos antes de un
desastre natural”.
De acuerdo con el portal internacional ‘Hello Care’, los gatos
son, significativamente, mejores para detectar y distinguir entre una variedad
más amplia de olores y, en esa línea, algunas investigaciones apuntan a que a
que tanto las personas como los animales que están muriendo producen un tipo de
olor que es detectado por el fino sentido del olfato de los animales; lo que, en
últimas, podría llegar a dar una explicación, aunque no conclusiva, del
comportamiento de Oscar.
Por supuesto, el ‘milagroso don’ de este gato también ha dado
paso para que algunos pacientes y seguidores de su historia se muestren
escépticos a las explicaciones dadas por los expertos: hay quienes insisten en
que podría tratarse de un aspecto sobrenatural.
Poder paranormal o sexto sentido, Oscar, sin duda, se convirtió en el centro de
muchos debates científicos y en la compañía de cientos de pacientes que
encontraron la muerte tras sus inexplicables, sospechosas y enigmáticas
visitas.
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