¿Cuáles son los superpoderes de las
moscas?
Lo miremos por donde lo miremos el mundo de
los insectos es un cajón lleno de sorpresas. Por una parte componen el grupo
animal con mayor número de especies, se han descrito en torno a un millón, por
otra está su antigüedad, se piensa que aparecieron en el Devónico, hacer unos
cuatrocientos millones de años.
En cuando a su adaptación, a estos animales
les encontramos en todos los ambientes, tanto terrestres -desde el Ecuador
hasta los polos- como acuáticos, bien marinos o de aguas dulces.
Despreciemos al resto de los insectos y
detengámonos por un instante en el apasionante universo de las moscas. Unos
dípteros que disfrutan de ciertas habilidades que ya nos gustarían a los
humanos.
Desafían la gravedad y caminan
por los techos
Por una parte son capaces de burlar las leyes
de la gravedad y caminar por techos y paredes satinadas. ¿A quién no le
gustaría disfrutar de este superpoder? Esto lo consiguen gracias a que las
moscas tienen entre sus uñas unas almohadillas peludas dotadas de ciertas
sustancias adhesivas.
Estas almohadillas, que se conocen como
púlvilos, les permiten desplazarse con absoluta impunidad ante la atónita
mirada de sus enemigos, entre los cuales se incluye el Homo sapiens.
Cuando abandonan el techo nos deslumbran con
sus portentosos giros acrobáticos y con la posibilidad de realizar frenadas en
seco. Dos destrezas que realizan gracias a una pareja de halterios, dos alas
modificadas en forma de maza y que actúan a modo de giroscopios. Gracias a
ellas reciben, en todo momento y de forma precisa, las coordenadas espaciales.
Para poder realizar las piruetas aéreas están
provistas, además, de pequeños músculos –representan menos del tres por ciento
de toda la musculatura- y de un tórax enormemente flexible, con el que
consiguen una mayor eficiencia aerodinámica.
Precisamente estas características son las que
han llamado la atención de algunos ingenieros que trabajan en el desarrollo de
microvehículos aéreos.
Observan el mundo a cámara
lenta
¿Quién no ha sentido frustración cuando ha
intentado capturar una mosca con la mano? La clave está en que perciben el
mundo a cámara lenta. Nuestros ojos y los de las moscas registran imágenes
estáticas y las envían al cerebro en forma de destellos.
Se estima que nuestros ojos envían sesenta
destellos por segundo, cuatro veces superior al de las tortugas, pero muy lejos
del registrado por las moscas. Se calcula que envían a su cerebro doscientos
cincuenta destellos cada segundo. En otras palabras, las moscas son capaces en
dividir en cuatro un “tic” de los nuestros.
Esto es lo que se conoce técnicamente como el
ritmo de fusión del parpadeo, que se podría definir cómo de rápido se enciende
y se apaga una luz antes de que se perciba como una luz continua.
La joya de la ingeniería
evolutiva
Su cuerpo se encuentra recubierto por unos
pelos denominados sedas sensoriales a través de los cuales reciben del medio
ambiente información relacionada con la humedad, el viento, y la temperatura ya
que disponen de un termómetro, un higrómetro y un anemómetro.
De todas formas si tuviéramos que ensalzar una
parte de su esqueleto sería la bisagra del ala, posiblemente la articulación
más compleja que ha diseñado la naturaleza, lo cual ha requerido más de
trescientos millones de refinamiento evolutivo, y que permite a estos insectos
desplazar el aire mientras vuelan.
Por todos es sabido que las tormentas les
sientan fatal y que se vuelven “insoportables”, ya que se posan continuamente.
Esto tiene también su explicación científica.
Cuando se aproxima una borrasca la presión
atmosférica desciende y el aire es menos denso y desplazan menos cantidad de
aire, es decir, les cuesta más trabajo batir las alas y volar, teniendo que
posarse más a menudo
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