Primeras
derrotas de Boko Haram
El viento parece estar cambiando en el noreste de Nigeria y las riberas del
lago Chad, donde desde finales de enero se está librando una guerra
sin cuartel contra Boko Haram, el grupo terrorista más sanguinario
de África, que desde 2009 ha asesinado a unas 13.000 personas y que el pasado 7
de marzo declaró su obediencia al Estado Islámico. La intervención
militar conjunta de los países vecinos, en concreto de Chad, Níger y Camerún,
sumada a la presencia de mercenarios sudafricanos y de la ex Unión Soviética en
las filas nigerianas y al apoyo francés y estadounidense en tareas de
información y uso de drones, han logrado frenar el avance de los terroristas y
han supuesto la recuperación de 36 localidades que estaban bajo su control.
En un alarde quizás de optimismo y con las miras
puestas en las
elecciones presidenciales que se celebran el próximo día 28, el
presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, ha llegado a asegurar en una reciente
entrevista concedida a la radio La Voz de América que Boko Haram será derrotado
en tres semanas. Precisamente los comicios se retrasaron seis semanas por la
situación de violencia creada, que ponía en riesgo que millones de personas
pudieran votar. Está por verse si esta primera ofensiva coordinada contra Boko
Haram se traduce en un resultado favorable a Jonathan en las urnas, ya que
muchos acusan al presidente de haber reaccionado demasiado tarde.
Pero al menos Goodluck Jonathan sí puede reivindicar que la pinza contra
Boko Haram está dando sus primeros resultados. Mientras desde el este el
Ejército camerunés trata de contener la contraofensiva de los terroristas, una unidad
chadiano-nigeriana que forma parte de la fuerza militar conjunta de 8.700
efectivos aprobada por la Unión Africana lanza ataques desde el
norte para tratar de recuperar ciudades bajo control de los terroristas. Esta
semana se han vivido violentos combates en los alrededores de la localidad
nigeriana de Damasak y, según fuentes militares, en cuestión de días los
terroristas serán derrotados. Lo mismo ha ocurrido en el bosque de Lame-Burra y
en la ciudad de Madagali, última localidad bajo control de los terroristas en
el Estado de Adamawa.
Pero los nigerianos no están solos. Junto a sus tropas están luchando
decenas de mercenarios. El propio Jonathan aseguró que dos compañías privadas
habían aportado “instructores y técnicos” al Ejército nigeriano en la presente
ofensiva. Pero es mucho más que eso. Según la agencia Reuters, se trata de
soldados vinculados a los responsables de la antigua empresa sudafricana de
seguridad Executive Outcomes, cuya participación fue clave a finales del pasado
siglo en conflictos como los de Angola y Sierra Leona. Cobran unos 400 dólares
(377 euros) al día.
Por otra parte, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está negociando
el texto de una resolución en la que muestre su apoyo logístico y financiero a
la misión militar emprendida por la Unión Africana, así como sanciones a
quienes financien a Boko Haram. La resolución prevé la celebración de una
conferencia de donantes en abril que permita apoyar los esfuerzos de países
como Chad, que ha desplegado 3.000 soldados, Camerún (950), Benín (750), Níger
(750) y la Nigeria (3.250). Se espera que la resolución, propuesta por los
miembros africanos del Consejo de Seguridad, en concreto Angola, Chad y
Nigeria, sea presentada en la próxima semana y aprobada en el plazo de un mes.
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