Medir el
pene tiene su ciencia
Un estudio indica que son escasos
los miembros que se salen de lo normal y refleja los numerosos problemas para
obtener una medida fiable
La ciencia ha logrado erradicar enfermedades terribles como la viruela y ha
puesto hombres en la Luna, pero parece incapaz de medir el pene humano en
condiciones. Ante la insistente pregunta sobre cuál es el tamaño medio del
pene, la respuesta siempre es una horquilla más o menos amplia, de varios
centímetros, en la que se incluirían la mayoría de los penes. Un dato para el
miembro flácido, y otro para el miembro erecto, que suele ser el que más
interesa: de 12 a 15 centímetros, de 10 a 19, en torno a 13... Para muchos
hombres, este baile de cifras sobre lo normal puede generar mucha ansiedad.
Para tratar de aclarar la información científica
disponible, un equipo de urólogos británicos ha recogido todos los estudios
publicados sobre la materia. Tras descartar los de peor calidad, se quedaron
con los 20 mejores artículos científicos, que suman una muestra de 15.521 penes
de procedencias tan dispares como Corea del Sur, Tanzania, Jordania, Italia, EE
UU y Nigeria. Tras analizarlos, han extraído varias conclusiones, han tumbado
varios mitos y han sembrado algunas dudas.
Lo primero es que la mayoría de los penes cuentan con unas dimensiones muy
similares, en el que los más largos de
16 centímetros en erección son menos del 5% y los menores de 11 centímetros
apenas son el 10%. El pene medio tendría 13,24 centímetros en erección y 9,16
centímetros en reposo.
Repasando los datos, los investigadores no han encontrado correlación
sólida entre el tamaño del pene y otros rasgos físicos como la altura, la masa
corporal o el tamaño de los pies. Tampoco hay datos para sostener que los
negros cuentan con dimensiones distintas que los caucásicos, ni que los
asiáticos tienen nada que envidiar al resto. Las muestras válidas, los datos
contrastables, no dan de sí lo suficiente como para establecer de forma
concluyente este tipo de comparaciones establecidas como verdades en el
imaginario colectivo.
Quizá todo sea culpa de las dificultades para obtener datos fiables sobre
el tamaño del pene de los hombres. Porque lo que más destaca en este
metaanálisis,publicado en una revista
especializada en urología, es que son innumerables las limitaciones,
los sesgos y las pegas que han encontrado para valorar una buena medida de
pene.
La técnica es sencilla: una cinta o regla, por encima del pene, apretando
contra el cuerpo para que la medición se haga desde el hueso púbico hasta la
punta del miembro, descartando lo que pudiera sumar el prepucio. Pero, ¿cuáles
son las condiciones idóneas? ¿Acaso un pene erecto frente a un médico en su
despacho tiene las mismas dimensiones que una erección lograda por la pareja en
su cama?
"Es una buena cuestión, solo deberíamos trabajar con los mejores datos
disponibles", explica David Veale, del Instituto de Psiquiatría,
Psicología y Neurociencia de Londres y líder del estudio. Otros trabajos
científicos han dejado claro que el tamaño del mismo pene cambia en función de
multitud de variables externas y propias, como la temperatura, la altitud, la
excitación o si se ha eyaculado con anterioridad. Veale propone, por tanto, que
estas mediciones se realicen al nivel del mar, en una consulta acondicionada a
21 grados, sin haber eyaculado en las anteriores 24 horas y tras haberse
estimulado viendo pornografía en privacidad. Pocos estudios cumplen estos
requisitos.
Pero hay más problemas, por ejemplo, la selección de
la muestra: muchos de estos estudios se realizan entre un grupo de hombres que
se apuntan voluntariamente. Por ejemplo, el realizado por la investigadora del Instituto Kinsey
Debbie Herbenick: 1.661 hombres con una media de 14,15 centímetros
en erección, un centímetro más largo que la obtenida por Veale. "Se sabe
que algunos de estos voluntarios pueden haber participado porque se sienten más
seguros con el tamaño de su pene que la población masculina general. La
confianza para tomar parte en estas mediciones puede sesgar las medidas al
extremo más grande de la distribución", explica el estudio.
Otro trabajo de 2008 entre europeos, para un fabricante alemán de condones, también ofreció una media por encima de los 14
centímetros. Lógicamente, trascendieron las comparaciones entre
países de la UE, con franceses y griegos en los extremos, con casi cuatro
centímetros de diferencia difíciles de explicar.
"La automedición es menos fiable, pero Herbenick argumenta que estaban
más motivados para ofrecer una lectura precisa porque a cambio recibirían una
muestra de condones" de su talla exacta. Quizá en casa, con su pareja,
consiguieron mejores erecciones. Quizá se apuntaron más hombres con mayores
penes, o menos con penes por debajo de la media, aunque la encuesta fuera
anónima. Ninguno de los estudios analizados por Veale explicaba con detalle
cómo se eligió la muestra y si hubo hombres que rechazaron participar, un sesgo
de autoselección que podría invalidar todo el trabajo si se tratara de otras
disciplinas.
A todo esto se suma otra pega más, la de las manos que
se encargan de realizar esta medición. En el estudio de Veale se señala que
solo en un par de casos se entrenó al personal que se dedicaría a medir los
penes para asegurarse de que la técnica era la misma, que todos obtendrían el
mismo dato del mismo pene. Y solo algunos repitieron la medición para confirmar
el dato.
Quizá la solución pudiera ser medir los penes estirándolos: los datos
muestran que un pene flácido estirado con fuerza mide casi igual que en
erección. El problema, otra vez, está en la técnica: se debe hacer agarrando el
glande y ejerciendo una fuerza de estiramiento de 450 gramos "hasta que el
voluntario sienta una leve molestia para obtener el máximo estiramiento".
Todos estos problemas de rigor científico quizá tengan un mismo origen,
como reconoce el propio Veale: "Todo esto no es tan importante, aunque es
una pequeña parte de la evaluación de un hombre que está preocupado por su
tamaño". Solo el 2,28% de los hombres tienen un tamaño que se considere
candidato a una operación de aumento de pene. Sin embargo, según otros trabajos
recientes, el 85% de las mujeres está satisfecha con el tamaño de su pareja frente
al 55% de los hombres, 30 puntos menos satisfechos que ellas.
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