SECARIBE: INVESTIGANDO
CONEXIONES ENTRE LAS SEQUÍAS DEL CARIBE Y EL POLVO DEL SAHARA
Por: Joel Alejandro
Mercado-Díaz
En 2015, 75 de los 78 municipios de Puerto Rico se vieron
afectados por una sequía que causó escasez severa y racionamientos en los
suministros de agua. Según el Monitor de Sequías de Estados Unidos, ésta ha
sido la sequía más prolongada en Puerto Rico desde el año 2000, cuando se
inició la documentación formal de estos eventos. Esta sequía duró unas 80
semanas, tanto en Puerto Rico como en otras islas del Caribe.
Según el Sistema Nacional Integrado de Información sobre
Sequías, adscrito a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA,
por sus siglas en inglés), una sequía se define como una deficiencia en
precipitación que resulta en escasez de agua durante un periodo prolongado de
tiempo. Múltiples factores operando individualmente o en sincronía pueden
promover este tipo de fenómenos, incluidos el cambio climático, variaciones en
la temperatura de los océanos, alteraciones en el paisaje y cambios en los “jet
streams”, que son fuertes bandas de viento en los niveles altos de la
atmósfera. Existen también diferentes tipos de sequía, como por ejemplo la
sequía “agrícola” que se refiere a cuando los efectos de sequía son
perceptibles en cultivos. Categorizar los tipos de sequías ayuda a los
científicos a monitorear y tratar de anticipar estos fenómenos.
El rol del polvo del Sahara
Lo que poca gente sabe es que la llegada temprana de corrientes
de viento calientes cargadas con polvo del Sahara fue un factor agravante en la
sequía del 2015. Estas corrientes de vientos se originan en el oeste de África
mayormente durante el verano, cuando pueden llegar a extenderse hasta el este
de los Estados Unidos. Las corrientes tienen la capacidad de alterar las
propiedades físicas de las capas de aire responsables de la formación de nubes.
Los científicos han asociado estos cambios a reducciones significativas en
eventos de lluvia.
Mejorando el monitoreo y pronóstico de sequías
Investigaciones recientes sugieren que la llegada al Caribe de
estas corrientes de viento con polvo del Sahara está ocurriendo cada vez más
temprano en el año. Científicos y científicas asociados a SECARIBE, un nuevo
esfuerzo colaborativo que investiga las sequías Caribeñas, sospechan que, así
como ocurrió en el 2015, la intrusión temprana de estas corrientes con polvo
pueden incrementar la frecuencia de sequías en la región.
“La misión principal de SECARIBE es proveer proyecciones más
precisas sobre condiciones climáticas que promueven sequías y mejorar el
monitoreo de estos eventos a corto y largo plazo”, comentó el Dr. Thomas Mote,
climatólogo de la Universidad de Georgia en Athens y principal investigador del
proyecto. “Estas investigaciones son muy importantes ya que pueden apoyar
esfuerzos de planificación, manejo y mitigación a nivel local”, añadió.
SECARIBE utilizará variables de precipitación, temperatura y
humedad, índices de sequía y el análisis de modelos climáticos para entender
mejor las sequías de la región. El proyecto se enfoca en las sequías de
intensificación acelerada, mejor conocidas en inglés como “flash droughts”, que
son aquellas sequías caracterizadas por temperaturas altas que provocan
aumentos acelerados en tasas de evapotranspiración y disminución en la humedad
de los suelos.
SECARIBE también evaluará anomalías en patrones de presión y
circulación atmosférica para entender mejor los mecanismos climáticos que
promueven estos eventos. Dos ejemplos de mecanismos bajo estudio son la
Oscilación del Sur “El Niño” (o “ENSO”, por sus siglas en inglés) y la
Oscilación del Atlántico Norte (o “NAO”, por sus siglas en inglés).
Otra meta de SECARIBE es mejorar la detección temprana de las
sequías. “Los esfuerzos de SECARIBE son importantes para Puerto Rico
particularmente por la necesidad urgente de mejorar las herramientas que
utilizamos para monitorear y anticipar las sequías en el Caribe”, comentó la
Dra. Grizelle González, directora del Instituto Internacional de Dasonomía
Tropical en Río Piedras, Puerto Rico, y coinvestigadora del proyecto.
Para cumplir sus objetivos, SECARIBE formará alianzas con
agencias gubernamentales y organizaciones locales líderes en el monitoreo y
estudio de estos eventos. “Las colaboraciones serán de beneficio mutuo ya que
las organizaciones identificarán datos sobre sequías que son localmente
relevantes, mientras SECARIBE desarrollará herramientas de modelaje y
predicción más eficientes”, González añadió.
Entre las organizaciones con las que SECARIBE ya colabora se
encuentra la Red de Aprendizaje de Sequías del Caribe del Centro Climático del
Caribe, que es parte del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical en Río
Piedras.
“Como consecuencia de la sequía del 2015, el sector agrícola de
Puerto Rico tuvo pérdidas que excedieron los $12 millones de dólares a inicios
de agosto. Los esfuerzos de SECARIBE mejorarán la capacidad de predicción de
estos eventos, lo que creemos redundará en ahorros de millones de dólares al
país”, reiteró el Dr. Mote.
Dos de los objetivos más importantes de SECARIBE son el
entrenamiento a nivel local, y garantizar que Puerto Rico y otras islas del
Caribe cuenten con la información necesaria para poder entender y pronosticar
eventos de sequía. Con estos objetivos en mente, SECARIBE se encuentra
organizando un taller dirigido a personal clave en agencias, universidades e
instituciones para proveer entrenamiento en el uso de las herramientas de
monitoreo y pronóstico que están desarrollando.
Gran parte de los datos y modelos desarrollados por SECARIBE
también se harán disponibles a través de una base de datos que será accesible
al público a través del internet. En conjunto, estos esfuerzos mejoraran el
monitoreo y pronóstico de sequías a nivel local, también esencial para
enfrentar los cada vez más evidentes efectos del cambio climático en nuestros
ecosistemas.
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