El misterioso
secreto sexual que avergonzó a Napoleón hasta su muerte
En una
misiva rubricada en 1787, el 'Pequeño Corso' desveló que había perdido la
virginidad con una meretriz tras una juventud dedicada a los estudios.
Sobre la vida sexual de Napoleón Bonaparte circulan mil y una
historias. Se dice que, cuando llegaba al calor de su tienda después de un duro
combate, escribía a Josefina de Beauharnais con una
petición que sosegaba sus más bajos instintos: «Vuelvo en tres días. ¡No te
laves!». Y como esta, otras tantas. Del Sire se ha escrito que era un adicto al
sexo oral, que era un inepto en la alcoba o que carecía de la virilidad
necesaria para satisfacer a sus esposas. Aunque, en su favor, habría que decir
que la relación con su primer amor terminó de forma abrupta, por decirlo de
manera suave.
Hoy resulta difícil saber hasta dónde llegan los
tentáculos de las falacias. Sin embargo, en lo que al tema amatorio del Sire se
refiere, existe una duda que sobresale por encima del resto y que trae de
cabeza a los expertos: ¿Perdió Napoleón Bonaparte la virginidad con una
prostituta? La cuestión navega en la incertidumbre por culpa de una carta
fechada en noviembre de 1787. Una brevísima misiva en la que el 'Pequeño corso'
narra el encuentro que mantuvo con una meretriz en París. «Este texto es tomado
por la mayoría de los historiadores al pie de la letra, pero es posible que el
relato sea ficticio, solo un ejercicio de imaginación de la pluma», explica el
profesor de Historia Moderna Philip Dwyer en su obra 'Napoleon: The Path to
Power 1769 – 1799'.
Nadie duda que el 'Pequeño Corso' fue un genio
militar. Sin embargo, no le ocurrió lo mismo a nivel personal. Los expertos
coinciden en que dedicó su infancia al estudio y dejó a un lado las relaciones
sociales con hombres y mujeres. Todo apunta a que fue en noviembre de 1787
cuando perdió su virginidad. Y es que, el
día 22, el mismo Napoleón Bonaparte escribió de su puño y letra una misiva para
sí mismo (su objetivo no era publicarla) en la que dejaba patente que había
yacido con una prostituta . En palabras del historiador Andrew Roberts, experto
en la historia del Sire, la carta fue escrita en el hotel de Cherburgo (en la
actual calle Vauvilliers ) bajo el título de 'Encuentro en el Palais Royal'.
Nuevas
experiencias
Todo ocurrió, según
parece, mientras el 'Pequeño corso' intentaba solucionar una serie de problemas
legales relacionados con un invernadero que era propiedad de su familia. «Esta
nota, escrita para sí, narra su encuentro con una prostituta a la que recogió
en una zona de mala nota del centro de la capital, poblada de casas de juego,
restaurantes y joyerías», añade el experto en 'Napoleón: una vida'. Reunirse
con una meretriz no estaba bien visto en la época. De hecho, así definió Ramón
de la Sagra a principios el siglo XIX la prostitución en su obra 'Notas de
viaje, escritas durante una corta excursión a Francia, Bélgica y Alemania en el
otoño de 1843':
«¿Y qué diremos de la prostitución ? De poco
tiempo a esta parte, se estudia su estado, sus causas, sus progresos, y cada
año transcurrido descubre una nueva llaga en este cuerpo gangrenado, que
contagia ya a las clases ricas que de él se mofaban con infame desdén. Antes,
la prostitución era hija inmediata de la corrupción de estas que la provocaba y
de las miserias de las clases proletarias, que sucumbía: pero a lo menos, el
deshonor evitaba el hambre. Ahora, en los distritos manufactureros de la
Francia, la joven se prostituye para obtener trabajo, y después que lo
consigue, tampoco la miseria la respeta».
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