martes, 30 de agosto de 2022

 

Stanley G. Payne analiza las diferencias entre los imperios de América: «España creó una sociedad híbrida de mestizaje»

 

El imperio de los Reyes Católicos debió enfrentarse a los grandes imperios americanos y solventar su falta de manos con mestizaje; el británico envió a una de sus minorías religiosas perseguidas

 

Por: CÉSAR CERVERA

 

Dos imperios. Un continente. Dos épocas. Dos maneras de actuar. Españoles y británicos se asentaron con una diferencia de más de un siglo en América y, además, en territorios con características muy distintas. El imperio de los Reyes Católicos, eminentemente tardomedieval, debió enfrentarse a los grandes imperios americanos y solventar su falta de manos con mestizaje; el británico, adentrado en la primera fase de modernización de Europa, envió a una de sus minorías religiosas perseguidas, los llamados puritanos, a luchar con un norte menos poblado y con menos recursos minerales a simple vista. El hispanista Stanley G. Payne (Denton, Texas, 1934) advierte en una entrevista con ABC Historia, de la dificultad de comparar ambos imperios sin reparar en los contextos de cada uno .

–¿Qué diferencias son las principales entre el modelo español y el británico?

 

–Los conquistadores españoles fueron eso: conquistadores, en su día una versión de los aventureros medievales, hechos a base de voluntarios y de una iniciativa privada; y luego dieron paso a una nueva sociedad administrada según las normas establecidas castellanas, con ciertos reajustes nuevos inevitables. Los ingleses fueron más racionales y estructurados en su organización, según otra época, con una componente comercial alto. No formaron reinos de tipo tradicional, sino nuevas «colonias» autónomas y en gran parte autogobernadas, con una orientación económica diferente. Además, la colonia inglesa formó una «settler society» que reprodujo directamente la sociedad inglesa. Las mujeres eran siempre una parte importante de la emigración, pero no fue así en la española, con la relativa ausencia de mujeres. Eso hizo imposible la reproducción directa de una sociedad española, y así se creó algo totalmente nuevo, una sociedad híbrida de mestizaje.

–¿Por qué España apostó por el mestizaje y la mezcla en su expansión por el mundo?

 

–En los siglos XV y XVI casi no hubo alternativa. El declive demográfico español del XVII tampoco dio posibilidad a mejorar. En esa primera época, un tanto primitiva, la emigración masiva de mujeres fue difícil y normalmente desaconsejada. Luego se ha dicho que la actitud española hacia el mestizaje era más tolerante, que es cierto, pero no es verdad que los españoles no fueron racistas, porque sí lo fueron, pero a la vez se mezclaron inevitablemente por pragmatismo. El tercer factor es que la población indígena en el Imperio español era más elevada, y a veces abrumadora en proporción a la española, mientras en Norteamérica proporcionalmente era mucho más pequeña. En cualquier caso, la diferencia ha sido exagerada. Cierta proporción de los indios norteamericanos ha sido absorbida por la población «blanca», mientras en las reservas hoy en día la mayoría de la población «india» es mestiza.

 

–¿Inglaterra aprendió (de cara a la conquista de la India) de sus errores tras la pérdida de las 13 Colonias?

 

–Parece que sí, aunque no totalmente. Hay que distinguir dos aspectos diferentes. El imperio nuevo desde fines del XVIII era asiático y luego africano, de tipo tradicionalmente «imperial» y no de «colonias» a la norteamericana, salvo en Australia y Nueva Zelandia. En Sudáfrica entraron en un conflicto atroz con la población holandesa en la época de la última campaña española en Cuba, con características inicialmente parecidas. En India, en cambio, el imperialismo fue iniciado y por mucho tiempo llevado a cabo por la East India Company, una empresa comercial privada notable por su estructura racional, pragmática y «moderna», es decir, según el nuevo modelo iniciado por los holandeses e ingleses en el XVII, muy diferente del «conquistadores» lusohispánico.

–¿En EE.UU. se puede ver por regiones la diferencia entre estos dos modelos?

 

–A partir de la Segunda Guerra Mundial ha habido una tendencia cada vez mayor en EE.UU. hasta cierta homogeneidad, y así las diferencias regionales son menos que durante la mayor parte de la historia del país. Sin embargo, quedan algunos rasgos diferentes. En Florida, por ejemplo, se dice ahora que Miami es la «capital de Hispanoamérica», pero también Miami forma parte de un estado muy dinámico que crece rápidamente con mucha inmigración de todas partes, así que eso forma solamente una parte de un conjunto complejo.

 

–¿Es Florida la parte más hispanoamericana del país?

 

–El estado más «hispanoamericano» no es Texas o Florida, sino Nuevo México, no tanto a base de inmigración sino del crecimiento de su propia población autóctona hispana. Allí se ve una cierta tendencia a buscar empleos en el aparato estatal burocrático, algo a la hispanoamericana. Asimismo, el estado con la mayor población hispana es el gigante, California, y allí hay gente de origen hispano de todos los tipos y categorías. Sin embargo, la tendencia es a formar una especie de «proletariado» hispano, sobre todo de inmigrantes recientes sin preparación profesional, en un estado en que la vida es cara y los impuestos muy altos. Eso es casi al revés de Florida.

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