Un tercio de la humanidad se enfrenta a olas de
calor mortales
El 48% de la
población sufrirá riesgo de muerte por olas de calor en 2100, incluso aunque se
reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero
Un tercio de la población mundial está expuesta a
condiciones climáticas que producen olas de calor mortales, debido a la acumulación de gases de
efecto invernadero en la atmósfera, que hacen que sea "casi
inevitable" que ocurran muertes por altas temperaturas en vastas áreas del
planeta. Y las predicciones son aún peores: la cifra llegará al 48% de la
población hasta 2100, aunque se reduzcan las emisiones de esos gases. Estas son
las principales conclusiones de un estudio realizado por geógrafos de la
Universidad de Hawái, que analizaron más de 1.900 casos de muertes relacionadas
con olas de calor en 36 países en las últimas cuatro décadas.
"Fue un choque encontrar
tantos casos", cuenta Camilo Mora, principal responsable de la
investigación, por correo electrónico. "Habíamos estudiado algunas olas de
calor como la que asoló Europa
en 2003, pero encontrar tantos
registros de personas que fallecieron debido a altas temperaturas en todo el
mundo fue asombroso".
El estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, muestra que el riesgo general de enfermedades o
muertes relacionadas con el calor ha aumentado constantemente desde 1980,
debido al cambio climático. Los científicos analizaron las condiciones de calor
y humedad durante los episodios letales para establecer un umbral más allá del
cual las circunstancias se vuelven mortales, como en 2003. A aquella ola de
calor, en los meses de julio
y agosto, se le considera responsable (directa o indirectamente) de 13.000
muertes en España, según los cálculos del
Instituto Nacional de Estadística (INE), que comparó los datos de las muertes en el mismo
periodo de 2002 y 2004. También causó aproximadamente 20.000 muertes en todo el
continente, según las cifras oficiales (un estudio
posterior elevó el número a 70.000). El estudio también menciona la ola de calor en
Moscú, en 2010, cuando fallecieron cerca de 10.000 personas.
Los investigadores señalan, sin embargo, que las
defunciones por el calor no ocurren solo durante olas masivas, sino siempre que
exista una combinación de alto nivel de humedad y altas temperaturas. "Hay
casos de gente que murió con una temperatura de 23 grados", afirma Mora.
La causa es la hipertermia, un exceso de calor corporal que puede provocar
insolación e inflamaciones. "El sudor no se evapora cuando hay mucha
humedad, entonces el calor se acumula en el cuerpo", explica el científico.
Las regiones tropicales, naturalmente muy húmedas y
con altas temperaturas, son las más susceptibles de enfrentarse olas de calor.
Y aunque "cualquiera puede morir" en esas circunstancias, según
escriben los investigadores, las personas mayores son las más vulnerables.
"Sus cuerpos pueden ceder a cualquier momento en esas situaciones. Una ola
de calor es como una prueba de resistencia, no muchos de nosotros pasará",
afirma Mora.
El estudio apunta que las temperaturas
elevadas y las condiciones secas se han exacerbado en las zonas urbanas debido
a la limpieza de los árboles, que proporcionan sombra y humedad refrescante.
Mora hace hincapié en que si bien las medidas de adaptación, como las
advertencias del gobierno y el uso creciente de aire acondicionado, han ayudado
a reducir las muertes, no son soluciones viables a largo plazo. "Lo más
importante es prevenir nuevas olas de calor. Tenemos que consumir menos, emitir
menos gases de efecto invernadero y plantar árboles para refrescar las ciudades", sostiene. El
geógrafo afirma que, ahora mismo, las opciones de la humanidad para enfrentarse
a las olas de calor están "entre malas o terribles".
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