Siguen las muertes en el mar
Italia tiene cada vez más
problemas para gestionar la presión de inmigrantes y refugiados
Como se temía, sellada la frontera de los Balcanes, la presión de las
oleadas de migrantes y refugiados se ha desplazado a Italia, que cada vez tiene
más dificultades para gestionar los contingentes que llegan y que se suman a
las 180.000 personas que se acumulan en sus campos de acogida. Con la mejora
del tiempo, los flujos se intensifican y también las víctimas de una travesía
que la crueldad de las mafias hace cada vez más peligrosa. En lo que llevamos
de año han muerto ya, según ACNUR, más de 1.200 personas. Solo en el pasado fin
de semana llegaron a las costas italianas 7.300 migrantes y al menos 245
murieron pese a la intensa labor de vigilancia del programa Frontex y la labor
de rescate de las organizaciones humanitarias.
La situación ha dado lugar a los
primeros y lamentables intentos de explotación partidista del problema por
parte de organizaciones de extrema derecha nacionalista. Instancias judiciales
han culpado además erróneamente a las organizaciones humanitarias del drama de
los naufragios. Afirman que con sus labores de rescate contribuyen a facilitar
el negocio de las mafias. Pero que las mafias sean tan inhumanas como para
abandonarlos a su suerte no es óbice para desatender la obligación de salvar y
rescatar a quienes han iniciado el viaje y están en peligro.
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