Cómo hablar en público
según Obama
Barack
Obama es uno de los grandes oradores de la historia y todos podemos aplicar
cuatro de sus claves para que nuestras presentaciones en público sean más
inspiradoras y efectivas.
La capacidad de hablar en público se puede mejorar si
se sabe cómo y para ello, se sugieren algunas de las claves que ha utilizado el
presidente Obama, uno de los grandes oradores de los últimos tiempos.
1. Habla en clave de nosotros (no solo yo, yo y solo
yo)
Cuando presentas tienes dos opciones: decir a la
audiencia que ellos pueden conseguirlo o bien, que tú vas a conseguirlo por
ellos. Son dos estrategias diferentes y dos invitaciones distintas. En el
primer caso, la audiencia toma un papel protagonista para movilizarse y para
trabajar en equipo. En la segunda, tú quedas como salvador y el resto, espera.
Obama optó por la primera y muy probablemente, en la mayor parte de las
ocasiones, sea tu mejor estrategia: hacer sentir que quien te escucha puede
cambiar, que está en sus manos. “Yes, we can” (“sí, nosotros podemos”) fue el
mensaje que le hizo famoso y que ha sido de inspiración para más de uno. Y en
su discurso de despedida trasladó la misma idea: “Les pido que crean, no
en mi capacidad de hacer cambios, sino en su propia capacidad”.
Por tanto, si quieres movilizar a las personas
para un fin y para que trabajen en equipo, habla en términos de nosotros. Si
te pones tú de ejemplo, podrán admirarte, podrán votarte (si aspiras a
presidente de algo), pero ten por seguro, que también esperarán que seas tú
quien le saques del problema… y la parte de las dificultades son más fáciles si
se trabaja en equipo.
2. Convence con la razón y con la emoción
Una buena presentación en público requiere de una
buena presentación. Y las buenas preparaciones son aquellas que llegan
al mayor número de personas posibles tanto a los analíticos como a los
emocionales, como hemos hablado en otras ocasiones. Si solo das datos,
datos… podrás llegar solo a los primeros y si lo que dices tiene sobre todo
mucha carga emocional, los analíticos se mostrarán escépticos. Por ello,
combina análisis y emoción sin renunciar a ninguna de las dos. Un ejemplo de
Obama fue su discurso en Newtown (Connecticut)
después de que un tirador asesinara a 20 niños en un colegio. Expresó con
dureza su rechazo a las armas y al mismo tiempo, se conmovió en público.
3. Sorprende positivamente
Es poco habitual que un equipo esté entusiasmado a la
hora de escuchar a alguien. Normalmente, quien habla tiene que ganarse al
público, aunque sea a los compañeros que asisten por rutina a una
reunión. Una manera de ganarte su atención es cuando les sorprendes
positivamente, con una broma o con un guiño a su trabajo. Así hizo Obama
cuando en su primer discurso en Cuba habló en español y mencionó a un poeta
cubano; o cuando terminó su discurso en la iglesia histórica de Charleston
(Carolina del Sur) con una canción que
unió a todos los oyentes.
4. Convence con lo que eres, no solo con lo que dices
Y no olvides algo. Como demostró Albert Mehrabian,
profesor de UCLA, en una charla solo recordamos el 7 por ciento de las
palabras, mientras que el resto son emociones o lenguaje no verbal de quien habló.
Por ello, para hacer una buena presentación es fundamental trabajar también los
miedos personales. Los discursos de Obama no son solo palabras, sino su elegancia, su
templanza a la hora de hablar y la confianza que genera. Y todo ello, puedes
trabajarlo revisando hasta qué punto te sientes seguro con lo que estás
diciendo, entrenando el texto de lo que vas a decir y revisando los puntos que
no acabas de tener claro. Con un trabajo personal previo harás una
presentación con mayor confianza en ti mismo y más impacto positivo en quien
te escucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario