El terror de El Asad
El ‘Informe César’
demuestra con imágenes la represión salvaje en Siria
Las decenas de
miles de documentos sacados de Siria durante los últimos años, demuestran que
el mecanismo de represión y tortura del dictador sirio Bachar el Asad contra su
pueblo no se ha detenido durante la sangrienta guerra civil que sufre el país
desde 2011 y que ya ha provocado 400.000 muertos, varios millones de heridos y
11 millones de desplazados, la mitad de la población siria.
El informe César
—llamado así por el nombre en clave del informante que lo sacó de Siria— que
obra en manos de la fiscalía alemana está compuesto, entre otros documentos,
por 26.948 fotografías de alta calidad. De ellas, aproximadamente la mitad
corresponden a cadáveres de detenidos que, una vez asesinados, terminaron en
los depósitos de dos hospitales militares entre 2011 y 2013. Es decir, es
apenas una muestra del conjunto global. Los cuerpos aparecen desnutridos y
marcados en lo que constituye un macabro elenco de torturas: quemaduras,
fracturas, estrangulamientos, entre otros signos evidentes.
Diversas organizaciones internacionales de defensa de los
derechos humanos y la propia fiscalía alemana están utilizando no solo las
imágenes, sino también la tecnología con la que fueron obtenidas —si la cámara
tenía activado el GPS permite conocer dónde fueron tomadas las fotografías—
para trazar un mapa lo más exacto posible de la red de terror impuesta por el
régimen. Esto permite establecer responsabilidades también en el segundo y
tercer escalón, es decir, entre los funcionarios más cercanos a la aplicación
de las torturas y el asesinato de los presos.
La comunidad
internacional no debe permanecer impasible ante la magnitud de los crímenes que
se están cometiendo en Siria. Es necesario que no solo algunas justicias
nacionales actúen, sino que un tribunal internacional depure responsabilidades,
capture y juzgue a los responsables. Los autores de los crímenes, que ahora
mismo siguen practicando atrocidades, tienen que recibir el mensaje de que sus
actos no quedarán impunes. Las cerca de 800.000 páginas de informes recopiladas
hasta ahora forman la base legal de un proceso al que tarde o temprano deberán
someterse.
Estos asesinatos
sistemáticos se cometen en el contexto de una guerra civil donde se han
cruzado, en los distintos sectores enfrentados, todos los límites del derecho
internacional, incluyendo el bombardeo sistemático y el empleo de armas
químicas contra la población civil. El Asad, en el poder por la fuerza desde
2000, reaccionó de manera brutal ante las protestas en su contra generadas en
la estela de las primaveras árabes. La posterior intervención de numerosos
actores en el conflicto, lejos de resolverlo, no ha hecho sino aumentar todavía
más el daño de la población civil.
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