Rusia bordea la tormenta perfecta
La economía rusa se está adentrando peligrosamente en la tormenta
perfecta. La combinación del desplome del precio del petróleo, del que
dependen el 68% de sus ingresos, y la imposición de sanciones financieras sobre
sus grandes empresas energéticas está provocando una fuga de inversores a la
que las autoridades han respondido con una subida de los tipos de interés hasta el 17%,
que no ayudará en nada a la recuperación de la economía. “Rusia está en medio
de una tormenta perfecta. Le afectan las sanciones económicas, el precio del
petróleo se hunde, los tipos de interés se disparan y la economía vuelve a la
recesión”, advertía Heinz Rüttimann, de Julius Baer, en una nota a clientes.
La moneda rusa está sufriendo su peor caída desde la crisis de 1998 y se
mueve en valores mínimos históricos frente al dólar y el euro, tras registrar
una bajada cercana al 25% en apenas dos jornadas. Para comprar un dólar se
necesitan ahora 75 rublos, frente a los 54 del martes de la semana pasada. Para
intentar frenar esa caída el Banco Central de Rusia subía en la noche del lunes
al martes los tipos de interés del 10,5% al 17%, su segunda intervención en una semana.
“La situación es crítica. Lo que está ocurriendo no
lo podíamos imaginar ni hace un año, ni aunque se tratara de una pesadilla”,
justificaba el vicepresidente del banco de Rusia, Serguéi Shvetsov. “Pueden
creerme, la decisión por la que optó el Consejo director del Banco de Rusia es
una opción entre lo muy malo y lo supermalo”. La agencia RIA Novosti aseguraba
que la subida de los tipos de interés contó con el visto bueno del presidente
ruso, Vladímir Putin, pero ha provocado duras críticas entre los legisladores
rusos, que pedían incluso la dimisión de la presidenta del banco central,
Elvira Nabiulina.
De hecho, varios medios apuntaban este martes a que la elevada
popularidad de Putin, en máximos desde la anexión de Crimea, puede verse
amenazada si fracasa en su promesa de propiciar estabilidad económica y
financiera a una población que no ha olvidado las crisis de su pasado más
reciente.
“Lo que está haciendo el Banco Central no solo es un error, sino
demuestra su ignorancia e incompetencia. Todas esas acciones están ya cerca de
una esquizofrenia, una locura, una insuficiencia total”, apuntaba Oksana
Dmitrieva, vicepresidenta del Comité de Presupuestos e Impuestos de la Duma
estatal. El exministro de Finanzas Alexéi Kudrin, por el contrario, apoyaba la
medida pero pedía más actuaciones al Gobierno. “La decisión del Banco Central
de elevar las tasas hasta el 17% en las actuales circunstancias es forzada,
pero justa”, anunciaba en su cuenta de Twitter. “Pero esta medida debería ser
seguida por la decisión del Gobierno de aumentar la confianza de los inversores
en la economía rusa”, dijo Kudrin.
Lo cierto es que la subida de los tipos de interés
ha servido para poco. El rublo se dejaba el martes otro 13% y acumula pérdidas
del 50% de su valor frente al dólar. Nabiulina intentó calmar el pánico de los
inversores explicando que la subida de tipos aumentará la rentabilidad de los
depósitos para las familias y las empresas. “Para los ciudadanos será más
atractivo mantener sus ahorros en rublos”, añadía. Según Nabiulina, la caída
del rublo es una señal para la economía rusa de que tiene que adaptarse a
nuevas condiciones. “Tenemos que aprender a vivir en la nueva zona, orientarnos
en mayor medida en nuestras propias fuentes de financiación, en nuestros
propios proyectos y crear la posibilidad de la sustitución de importaciones”,
dijo Nabiulina. La autoridad monetaria se ha dejado más de 100.000 millones de
dólares (unos 80.000 millones de euros) de sus reservas en defender la divisa
en el último año, un 20% del total.
El temor es que la estampida de los consumidores de los depósitos en
rublos a otros denominados en una divisa más estable provoque una corrida
bancaria y precipite una crisis financiera. De hecho, en varias tiendas de
Moscú ya regresaron las listas de precios indicados en “signos convencionales”,
es decir, en euros o dólares en vez de la moneda rusa. En los puntos de cambio
de moneda ya se están abasteciendo de nuevos marcadores electrónicos de
cotización que contengan cinco cifras en vez de cuatro, para estar preparados
cuando el dólar y el euro cuesten más de 100 rublos.
Los analistas descartan que las aguas vuelvan a su cauce mientras no se
detenga el desplome del precio del petróleo. Es, de hecho, una espiral que se
retroalimenta, dada la fuerte dependencia del país de los ingresos petroleros.
“A diferencia de 2009 y 2008, esta vez la crisis va a ser profunda y
prolongada. La economía está mucho más debilitada que entonces y está aislada
de los mercados internacionales”, sostiene Lubomir Mitov, economista jefe del
Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) desde
Washington.
Buena parte de la inestabilidad de los últimos días
tiene su origen en las sanciones impuestas por Occidente a raíz del conflicto con Ucrania. El banco
central acudía la semana pasada en ayuda del gigante petrolero Rosneft, que
debía refinanciar un vencimiento de 7.000 millones de dólares y no encontraba
demanda para sus bonos. A lo largo de este mes las empresas rusas deben hacer
frente a vencimientos por 30.000 millones de dólares, y esta situación puede
repetirse en los próximos días, más aún si se concretan nuevas sanciones por parte de Estados Unidos, como
anunciaba la Casa Blanca este martes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario